El hierro ha sido el
soporte fundamental del desarrollo de la humanidad, que, por su importancia
industrial y económica, definía el índice de desarrollo de un país. Este venía
facilitado por el nivel de calidad y capacidad de producción de hierro, conocido
como siderurgia, que la RAE define como: metalurgia del hierro, del acero, de
la fundición y de las aleaciones férricas.
La siderurgia en
Cantabria a partir del siglo XVIII ha jugado un papel digno, a distancia de
otras comunidades como el País Vasco, Cataluña o Asturias, en diversas
coyunturas, pero bastante meritorio para una comunidad de las dimensiones
geográficas y sociales como la nuestra.
Se conocen bien las
ferrerías erigidas en Cantabria en el siglo XVIII con sus avances técnicos
incorporados que les permitían trabajar prácticamente todo el año. (1)
Se conoce bien la
historia de las Reales Fábricas de Artillería de Liérganes y La Cavada
funcionando entre 1622 y 1834 donde se instalaron en nuestro país los primeros
altos hornos al carbón vegetal, alimentados con venas de las minas de
Somorrostro, de Cabárceno y de Pámanes.
Dispusieron de seis
hornos altos, dos en Liérganes y cuatro en La Cavada, calculándose que en los
doscientos años vida de las instalaciones se desarrollaron 150 campañas de
fundición, fabricándose 26.000 cañones y 6 millones de balas. (2)
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Sección
de un alto horno tipo, de principios del siglo XVIII, visto desde el lado de la
entrada del viento y desde el lado del sangrado del horno.
Del declive de la
actividad ferrona de mediados del siglo XIX surge alguna iniciativa digna de
consideración como fue la construcción del alto horno de La Merced en Guriezo,
en 1830, construido sobre una antigua ferrería que, tras pasar por diversas manos,
fue aportada para la constitución de la Sociedad Anónima Altos Hornos de
Bilbao, en 1882.
Hubo alguna
experiencia más como la construcción del alto horno La Trinidad de Otañes, en
1880, o la incorporación de dos hornos Chenot en las antiguas instalaciones de
la ferrería de Salto del Oso en Ramales en 1870, experiencia que duró pocos
años
Ya a finales del
siglo surge la iniciativa de José María Quijano en torno al aprovechamiento de
un molino harinero, heredado en la orilla del rio Besaya, en Los Corrales de
Buelna.
La adquisición y
posterior instalación de varias máquinas de puntas de París y la posterior
ampliación a otras actividades industriales, tales como el trefilado y
galvanizado, en otra área diferente, fue tomando cuerpo lo que posteriormente
sería un gran complejo siderometalúrgico. (3)
Con el cambio de siglo
y para garantizarse su autoabastecimiento y no depender de importaciones o de
la siderurgia vasca, llevó a cabo la construcción de un complejo siderúrgico en
las afueras de Santander, en la zona conocida como la Isla del Óleo, donde se
creó la Sociedad Nueva Montaña, instalándose el primer alto horno moderno.
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Vista del alto horno de Nueva Montaña Quijano.1950.
Esta siderurgia fue
coetánea con algunos importantes talleres mecánicos y de fundición, como los de
San Martin, los de Bernardo Lavín en El Astillero o los de Corcho, en la
Reyerta (4) …Ya en 1918 se constituía en Reinosa, la Sociedad Española de
Construcción Naval, pero estas últimas inhalaciones se pueden considerar
siderurgia moderna. (5)
Este blog nace con la
pretensión de divulgar algunas piezas fundidas y /o forjadas, realizadas en
Cantabria, tengan valor cultural o simplemente operacional, se encuentren en la
Comunidad o fuera de ella. Son esas piezas que pasamos al lado de ellas y no nos
damos cuenta del valor social e industrial que contienen. Abarcaran todo tipo
de fundiciones, incluidas las no férricas.
Junto la pieza
explicaremos algo del taller o de empresa que la fabricó, conociendo que
existirán varias piezas salidas de un mismo taller.
Para entender este
proceso industrial y económico he traído alguna bibliografía, sabiendo que este
capítulo es bastante más extenso.
NOTAS:
(1) Corbera
Millán, Manuel. 2001. La Siderurgia Tradicional en Cantabria. Septem
Ediciones. Oviedo.
-
Arroyo Valiente, Pedro y Corbera Millán, Manuel. 1993. Ferrerías en Cantabria; Manufacturas de ayer, Patrimonio de hoy.
Asociación de Amigos de la Ferrería de Cades.
(2) Diez
Aja, Juan Antonio. 2006. La Fusión del Hierro y las Fábricas de Liérganes y
la Cavada. Edición Cantabria Tradicional. Torrelavega.
- Quevedo, Juan Francisco. 2022. Los
Ingenios de Fundición de La Cavada. Ediciones Tantín. Santander.
- Alcalá
Zamora y Queipo de Llano, José. 1974. Historia de una Empresa Siderúrgica Española.
Los altos hornos de Liérganes y La Cavada 1622-1834. Centro de Estudios
Montañeses. Santander.
(3)
Del Hoyo Maza, Sara. 2021. De la
harina al acero. José María Quijano y las Forjas de Buelna (Cantabria,
1873-1914) Editorial de la Universidad de Cantabria. Colección Sociales.
Santander.
(4) Fernández Acebo, Virgilio. 2005. De Talleres
Corcho a BSH Electrodomésticos España. BSH Electrodomésticos España. Santander.
- Mercapide
Compains, Nemesio. 1977. Crónica de Astilleros de Santander. SA. 1872-1977.
Guarnizo.
(5) Fernández Gutiérrez, Marcos, Revuelta Diaz, Gonzalo y Alonso Terán Adrián. 2018. La Naval de Reinosa.100 años de una Fábrica y de una Comarca. Sidenor Forgins & Casting. Reinosa.
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